lunes, 26 de enero de 2015

Perder las ganas

No sé si será el invierno, si será que el tema laboral no acaba de arrancar, si es porque me he embarcado en más historias de formación o qué se yo, pero el caso es que últimamente no tengo ganas de estar con nadie más allá de mi círculo habitual ni de embarcarme en nada diferente a mi rutina diaria.
 
Hace un tiempo me llamó mi ex-jefe para que fuera a verlo, junto con un ex-compañero, al spin-off de mi antigua empresa que ha montado. Lo cierto es que ganas no me sobraban pero dado la insistencia no pude decir que no. No suelo hablar muy a menudo con ellos y el encuentro acabó con velados reproches a mi falta de comunicación. Pero no tengo ganas.
 
Lo peor de todo es cuando has conocido a una persona pero no te atrae. No es que pueda hablar mal de esta persona, todo lo contrario pero no puedo hacer cosas que no sienta. Tengo la sensación de que igual debería zanjar el asunto antes de que la cosa llegue más lejos y se vaya haciendo una bola de nieve cada vez más grande. Me encuentro en el dilema de cómo hacerlo de la manera más cordial posible.

Madrid fue la otra cara de la moneda. Gracias a que ya estaba todo pagado y no podía echarme atrás fui. Estuve muy agusto con gente que no veo a menudo y que antes sí lo hacía. Tengo que volver más frecuentemente de lo que lo hago y hacer el esfuerzo inicial, aunque me dé pereza.
 
Que llegue la primavera cuanto antes, por favor. O mejor, que cambie todo antes del siguiente invierno.
 
Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Violently wild - Horse Feathers.
 
 

jueves, 22 de enero de 2015

Versiones y perversiones V

He de reconocer que tengo montones de canciones para colocar aquí, pero si no las dosifico va resultar un poco cargante para el lector de este blog, así que tengo material para varios meses.

Hoy toca una canción bien conocida por todos:


Si alguno pensaba que iba a poner la versión de los Fugees va equivocado, porque no me gusta. En su lugar voy a poner la versión original porque la de Roberta Flack fue la segunda que se grabó:


Lori Liebermann grabó esta canción un par de años antes que Roberta Flack. Aunque ella no es la autora de la misma, la letra de la canción está basada en un poema (que no sé si llegó a tomar cuerpo de canción) de la propia Lori, en el que contaba las sensaciones que tuvo al ver cantar a Don McLean en directo. La canción pasó sin pena ni gloria, así que los compositores de la misma se la mostraron a Roberta. El resto ya es historia.

Ahora lanzo la pregunta: ¿qué le faltó a Lori para haber triunfado con esta canción? Algunos dicen que es muy sosa, pero yo creo que no es para tanto. A mí me gustan las dos casi por igual.

martes, 13 de enero de 2015

Mi pueblo

El próximo sábado bajo a Madrid a pasar unos días. Dado que tenía que bajar de todas formas, voy a aprovechar para visitar a mucha gente que, por la distancia, no veo tan a menudo como quisiera.

Realmente me cuesta ponerle nombre al lugar donde vivo por una serie de razones. No nací aquí y tampoco tengo mucha familia. Tampoco participo mucho en la vida social de la localidad y, seguramente, si mis padres se fuesen a vivir a otro lugar no aparecería mucho por aquí. Pero vivo aquí y nombrarlo de otra manera sería complicado.

La vida me ha llevado por muchos lugares de residencia diferentes. Dentro de la provincia en la que habito, he vivido en otros dos pueblos. Además, he estado en otros cinco países diferentes (con estancias desde un mes hasta nueve) y he vivido ocho años y medio en Madrid.

A este lugar llegué con once años, casi doce. Llegué en un momento complicado para mí en relación a las relaciones humanas y me costó bastante hacer amigos nuevos. Los que tenía vivían en otros sitios y, como no tenía permiso de conducir y el transporte público era malo o inexistente, no podía verlos todo lo que hubiese querido ya que dependía de que alguien me llevase lo cual no era siempre posible.

Total que mi tiempo libre lo pasaba encerrado en mi casa y le fui cogiendo bastante manía a este pueblo. Tenía claro que no me gustaba y que me iría de aquí en cuanto pudiese. Con 18 años me surgió la oportunidad de ir a estudiar a Madrid y no me lo pensé.

Estuve muy agusto los años que pasé allí. Se me abrió un mundo impensable en un pueblo para un chaval de 18 años. Hice nuevas amistades y, a pesar de  todo, podía hacer cosas aunque estuviese solo. Paralelamente, empecé a ver mi pueblo de otra manera. Dado que la autonomía y la independencia no es la misma con 18 años que con 26 los problemas que veía en su día se habían disipado.

En 2006 la burbuja inmobiliaria estaba en su punto álgido y los tiempos de desplazamiento y aglomeraciones de la gran ciudad se me hacían un poco cuesta arriba, así que decidí dejar Madrid y buscar trabajo en otro lugar. Tras tres años dando vueltas por el mundo, me volví a instalar en el mismo pueblo al que llegué hace casi ya 24 años. En principio era temporal, pero la cosa se ha alargado cinco años hasta la fecha.

Debido a que la puta crisis demanda una cierta movilidad, tengo bastante probabilidad de volver a cambiar de localidad de residencia. La diferencia es que tengo 20 años más y otra mentalidad. Ahora tengo más libertad, amigos y una vida que no me gustaría cambiar mucho, sólo complementarla.

Cierto es que es un poco más difícil ser gay en un pueblo, por la dificultad que hay para conocer gente, pero se puede manejar la situación. Cuando tomé la decisión de irme de Madrid aún no había asumido mi verdadera orientación, pero no me arrepiento. No volvería sólo porque allí hay un Chueca y aquí no. Las personas somos un cúmulo de cosas y creo que mi sitio no está en una gran ciudad.

Pseudoalucinación parasiaria de hoy: Un pueblo es - María Ostiz.

jueves, 8 de enero de 2015

Libertad de prensa y ofensas

A raíz del terrible atentado que ha sacudido Francia y el resto del mundo, llevo un par de días pensando acerca del límite que separa la libertad de prensa y de opinión y el derecho a la dignidad de cada uno. Vaya por delante que estoy totalmente en contra de la manera en que los terroristas han expresado su disconformidad. No creo en el asesinato como manera de resolver las cosas, bien de manera "ilegal" o bien en forma de pena de muerte.

Luego ya viene el tema de la censura. ¿Dónde están los límites de lo que puede decirse sin atentar contra la dignidad personal de cada uno? En mi opinión creo que el hecho de divulgar informacion, falsa o verdadera, acerca de un individuo con nombre y apellidos que pueda afectar a su vida personal o laboral sí que debería castigarse. Un ejemplo podría ser que yo publicase aquí que cierta persona es seropositiva, por ejemplo. Es una información que al resto del mundo debería darle igual y el único motivo aparente sería hacer daño, nada más.

Pero quizás donde quizás nos hemos pasado de correctos es en el hecho de censurar cosas que afectan a colectivos. Apoyo el hecho de que se publiquen esas caricaturas y creo que los musulmanes no deberían poner el grito en el cielo como lo han hecho. Quien lee esto puede pensar que es muy fácil pensar eso cuando no es a ti a quien te afecta, pero no es así.

Si nos metemos en el terreno de la homofobia, por ejemplo, sigo pensando lo mismo. Estoy a favor de que las leyes prohiban la discriminación por razones de orientación sexual, creo en el matrimonio civil igualitario (el religioso me da más igual, creo que no representan a ninguna deidad) y la visibilidad debe ser total, incluso en pueblos como éste. Sin embargo, no se me ocurriría censurar a quien no crea que deba haber igualdad o se piense que somos enfermos, por ejemplo. Y también creo que hay que tener sentido del humor y saber reírse un poco de uno mismo, leche.

Las palabras se combaten con palabras, no con censura ni mucho menos con muerte.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: La plaza de Tetuán - Nuestro Pequeño Mundo. Esta canción la cantaban los soldados del bando republicano allá por la Guerra Civil Española. La pongo porque ha envejecido bastante mal y hoy suena terriblemente incorrecta.

lunes, 5 de enero de 2015

Cachitos locos

"Cachitos de Hierro y Cromo" es un programa que echan en La 2 los domingos por la noche. En cada emisión, se dedican a revisar el tremendo archivo musical de TVE y recopilan trozos de actuaciones musicales de acuerdo con una temática en concreto. Siempre acaban con la canción que llevó Betty Misiego a Eurovisión en el 79. Además, los cuelgan en la web para que cada persona pueda disfrutar de ellos cuando mejor le venga.

Lo suelo ver cuando puedo (que no es muy a menudo). Hay programas mejores y peores, según el gusto de cada uno. Sin embargo, han editado uno que lo habré visto ya cuatro o cinco veces. Lo llamaron "Inspiración y locura".

Para un friki como yo, que le encanta bucear entre los detritos musicales más extravagantes y estridentes, es una delicia para los sentidos. Salen artistas ya conocidos por mí como mis admiradas Kate Bush y Nina Hagen, Jonathan Richman, Iggy Pop o Sidonie y otros que no sabía de su existencia como el grupo de rock progresivo Focus, que ha sido un gran descubrimiento.

Hay momentos impagables, como Camilo Sesto desgañitándose en un escenario, un tío tocando un teclado sobre la espalda de otro en medio de Los Monegros, extintores utilizados como micrófonos o grupos que se incrustan un ojo (de mentira, claro) en la cabeza.

El programa es éste. Que lo disfrutéis.






Por otro lado, se me ocurrió hacer una lista de reproducción con las canciones que había "pseudoalucinado" a lo largo del año. Luego ya, me propuse rescatar también las canciones del blog antiguo. El resultado lo tenéis en las pestañas de arriba.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: TV-Glotzer - Nina Hagen Band.