martes, 13 de enero de 2015

Mi pueblo

El próximo sábado bajo a Madrid a pasar unos días. Dado que tenía que bajar de todas formas, voy a aprovechar para visitar a mucha gente que, por la distancia, no veo tan a menudo como quisiera.

Realmente me cuesta ponerle nombre al lugar donde vivo por una serie de razones. No nací aquí y tampoco tengo mucha familia. Tampoco participo mucho en la vida social de la localidad y, seguramente, si mis padres se fuesen a vivir a otro lugar no aparecería mucho por aquí. Pero vivo aquí y nombrarlo de otra manera sería complicado.

La vida me ha llevado por muchos lugares de residencia diferentes. Dentro de la provincia en la que habito, he vivido en otros dos pueblos. Además, he estado en otros cinco países diferentes (con estancias desde un mes hasta nueve) y he vivido ocho años y medio en Madrid.

A este lugar llegué con once años, casi doce. Llegué en un momento complicado para mí en relación a las relaciones humanas y me costó bastante hacer amigos nuevos. Los que tenía vivían en otros sitios y, como no tenía permiso de conducir y el transporte público era malo o inexistente, no podía verlos todo lo que hubiese querido ya que dependía de que alguien me llevase lo cual no era siempre posible.

Total que mi tiempo libre lo pasaba encerrado en mi casa y le fui cogiendo bastante manía a este pueblo. Tenía claro que no me gustaba y que me iría de aquí en cuanto pudiese. Con 18 años me surgió la oportunidad de ir a estudiar a Madrid y no me lo pensé.

Estuve muy agusto los años que pasé allí. Se me abrió un mundo impensable en un pueblo para un chaval de 18 años. Hice nuevas amistades y, a pesar de  todo, podía hacer cosas aunque estuviese solo. Paralelamente, empecé a ver mi pueblo de otra manera. Dado que la autonomía y la independencia no es la misma con 18 años que con 26 los problemas que veía en su día se habían disipado.

En 2006 la burbuja inmobiliaria estaba en su punto álgido y los tiempos de desplazamiento y aglomeraciones de la gran ciudad se me hacían un poco cuesta arriba, así que decidí dejar Madrid y buscar trabajo en otro lugar. Tras tres años dando vueltas por el mundo, me volví a instalar en el mismo pueblo al que llegué hace casi ya 24 años. En principio era temporal, pero la cosa se ha alargado cinco años hasta la fecha.

Debido a que la puta crisis demanda una cierta movilidad, tengo bastante probabilidad de volver a cambiar de localidad de residencia. La diferencia es que tengo 20 años más y otra mentalidad. Ahora tengo más libertad, amigos y una vida que no me gustaría cambiar mucho, sólo complementarla.

Cierto es que es un poco más difícil ser gay en un pueblo, por la dificultad que hay para conocer gente, pero se puede manejar la situación. Cuando tomé la decisión de irme de Madrid aún no había asumido mi verdadera orientación, pero no me arrepiento. No volvería sólo porque allí hay un Chueca y aquí no. Las personas somos un cúmulo de cosas y creo que mi sitio no está en una gran ciudad.

Pseudoalucinación parasiaria de hoy: Un pueblo es - María Ostiz.

14 comentarios:

  1. De todas las ciudades en las que he vivivo me quedo con Madrid con los ojos cerrados. Es cierto que tiene sus inconvenientes pero en Madrid uno nunca se siente fuera de lugar, ya sea por la gente o la propia ciudad. Aparte me encanta esa sensación de ser una gota más en el mar que te da una gran ciudad.

    Abrazotes.

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    1. Tú lo has dicho: en Madrid nadie se siente fuera de lugar. Para mí esa es su principal virtud y quizás por eso le tengo cariño. Ojalá por aquí se impregnase algo de eso, que la gente tiende a encerrarse demasiado en sus círculos y no ver más allá.

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  2. Hola, pues conociendo tu blog... la vida nos lleva en efecto por senderos misteriosos y uno es de dónde se siente, no de dónde nacio, cada lugar tiene un encanto. Te leo.

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    1. Bienvenido al blog, Alvin.

      La cosa es que no me siento de ningún lugar en concreto sino que todos en los que he vivido han aportado su granito de arena.

      Un saludo.

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  3. Que cosas, que cuando la vida te ha llevado a vivir en tu pueblo otra vez hayas conseguido verlo de distinta manera para terminar prefiriéndolo a la gran ciudad en la que parecía que estaban todas las posibilidades.
    A mi las ciudades grandes me gustan solo de visita, para lo demás prefiero una ciudad pequeña, ¡aunque precisamente la mía no es en la que más me gustaría vivir de tener posibilidad de elección!...pero vaya pienso -y ojo que va una frase de libro de auto-ayuda, jaja- que la felicidad es un estado interior, no depende del lugar sino de uno mismo. Como decía no-sé-quien, si aprendes a ser feliz en el sitio en el que te parece más dificil serlo, después vas a conseguir serlo en cualquier sitio.
    Pásalo muy bien en tus días madrileños y regresa con las pilas cargadas, ¿vale?
    ¡Ay la Maria Ostiz!, si es que tú estás hecho un cachito-de-hierro-y-cromo andante, jajaja ;-)

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    1. Efectivamente, ahora mi pueblo lo veo de diferente manera pero no me arrepiento de haberme ido por el mundo unos años. La gente cambia, no tenemos las mismas necesidades y vitalidad a los 18 que a los 35, quizás el que he cambiado he sido yo más que mi pueblo.

      Ahora bien, creo que me daría igual este que otro pero no me atrae la idea de las ciudades grandes. Una capital de provincia mediana sería lo ideal. no conozco la tuya pero sí algún pueblo de los alrededores (caí unos meses por temas de trabajo) y qué frío hacía, leche...

      Si es que el hierro y cromo han marcado mi vida mucho más que el vinilo, jajaja.

      Un saludo.

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  4. a mi madrid se me figura la cd de Mexico, muy cosmopolita. Igual sali de mi lugar de nacimiento, un pequeño y rural pueblo a vivir en esa mole de cemento, con el tiempo me acostumbre, y ahora que he cambiado de recidencia, a un lugar de tamaño mediano aveces añoro , sobre todo en libertad y mentalidad social. pero bueh, la cosa es tambien estar agusto y espero que tu lo estes!.
    besos

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    1. Está claro que todo a la vez no se puede tener. A mí me gusta Madrid y echo de menos algunas cosas, pero si viviese allí también echaría de menos muchas de las que tengo aquí.

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  5. Yo creo que todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, para mi lo ideal es vivir en una zona tranquila de una gran ciudad, en un barrio de los de toda la vida, el problema es que ya están desapareciendo, y si no pues en algún pueblo que tengas una gran ciudad a una distancia muy accesible.

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    1. Tengo la capital a media hora de coche, tres cuartos según a la zona a la que vayas. Aunque tampoco me gustaría estar en uno de esos pueblos que tienen la ciudad grande a hora y media de coche lo cierto es que a poco lejos que vivas del centro de Madrid ya tardas lo mismo o más en llegar.

      Un saludo.

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  6. Madrid es genial... pero, en mi opinión, para los fines de semana. No estoy yo hecho para ir todos los días de atasco en atasco y de apretujón en apretujón. Así que estoy en la situación ideal, porque vivo cerca pero en un sitio independiente.

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    1. Has dado en el clavo, Madrid está muy bien para los fines de semana. De hecho, he hecho promesa de ir más a menudo.

      Un saludo.

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  7. A mí, Madrid me gusta (pese a todo); pero no deja de ser un complemento circunstancial de lugar. ¡Que vaya bien ese viajecito si sigues madrileando!

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    1. Ya estoy de vuelta y me lo he pasado en grande. Tenco que volver más a menudo.
      Por otro lado, cierto es que hay que intentar estar bien allí donde te toque vivir.
      Un saludo.

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