domingo, 7 de febrero de 2016

Mi extraña relación con la tecnología II

Como comenté en la entrada anterior, me gusta aguantar todos los cacharros que compro hasta la extenuación. Sin embargo, hay veces que éstos ya no dan más de sí y hay que cambiarlos. Cuando ya has comprado el artilugio nuevo, llega el momento de aprender a usarlo, que no tiene por qué funcionar igual que el antiguo.

Normalmente, el periodo de adaptación suele traer acarreado una prolongación de los tiempos de ejecución de tareas y propósitos. Por ejemplo, conseguir cambiar el tipo de sonido de la tele o mirar los menús de programación puede llevar diez minutos cuando con la vieja llevaba uno. Sin embargo, hay un aparato que lleva un aprendizaje con consecuencias mucho más peligrosas y catastróficas: me refiero al recortador de la barba.

Hace unos cuatro años, cuando empecé a dejarme barba, compré uno de esos debido a que no me gustan las longitudes "hipster style". Poco a poco le fui cogiendo la vuelta, hasta que las cuchillas se fueron desafilando y el motor perdiendo fuerza en las partes más pobladas. Eso hacía que ya arrancase los pelos en vez de cortarlos, con el consecuente dolor en mi cara.

Cuando fui a estrenar el nuevo, tocaba ajustar el cortador a la longitud deseada. Como el diseño era distinto, tocó elegir el numero a ojo. El inconveniente es que la graduación de éstos es totalmente distinta de uno a otro, no están estandarizados. Por eso, al dar la primera pasada por la cara, los ojos se me quedaron como platos al ver el trasquilón que me había pegado.

La decisión posterior fue afeitarme la barba y dejarla crecer de nuevo. Y en ello estoy una semana después. Lo curioso es que, cuando te la dejas, la gente parece que no le llama la atención. En cambio, cuando te la quitas es todo un acontecimiento. Suele ser la primera pregunta en cuanto te ven y objeto de bromas y chascarrillos.

De todas formas, como nunca la he llevado muy larga, espero que en quince días esté en mi longitud habitual. Y entonces tocará enfrentarme otra vez al diabólico recortador.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Whiskey in the jar - The Dubliners.

13 comentarios:

  1. Algo parecido me ha pasado esta misma mañana: me ha dado por raparme los lados (nunca me he rapado, en general) y he visto que aparte de no controlar nada el tema no terminaba de dejarme bien, así que me ha tocado rebuscar en Whatsapp y decirle a un amigo que vive a cuatro paradas de metro que me echase una mano para dejarme bien.

    Abrazotes.

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    1. Por lo menos tú tienes a quien llamar.Yo, si hago una escabechina de esas, me la como con patatas.

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  2. En mi caso, que llevo barbita también, de vez en cuando aun hay gente (familia incluso) que me dice: uy, te estás dejando barba! Cuando hace como cinco meses que la llevo ya...

    Se ve que no me suelen mirar a la cara, jajaja.

    Saludos.

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    1. En mi caso, fue más temprano que tú. La excepción es la gente que tardó en verme.

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  3. Totalmente. ¿Y no te han dicho lo de "te has quitado un montón de años"?

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    1. Eso me lo dije yo mismo al verme en el espejo. Se conoce que el resto de la gente no se atrevía, jajajaja.

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  4. ¡Jajajajaja, es cierto! Yo pensaba que eran milímetros... pero nada parecido.

    Lo del montón de años que dicho Mr. Mocho es cierto. A mí, que llevo algo más que barbita, hasta el AMQP me lo dice. Con envidia.

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    1. Sigo investigando a qué perverso sistema de medida pertenecen esas gradaciones.

      Qué ganas tenemos de parecer viejos, ¿no? ;-)

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  5. Huyhuyhuy, me cuesta creer que nadie haya hecho la menor observación a la pseudoalucinación parasitaria de hoy que es tremendona, jajaja, que bueno, menudo fiestón tienen montado...
    Yo como no tengo barba ( parece que soy el único cara-culo-pelón de la pandilla ) ( ay que mal me sentó llamarme caraculo ), no he tenido que bregar con esos artefactos pero vaya, tiene que ser terrible meter la cuchilla y descubrir que te has dejado un tremendo boquete en esa barba tan amorosamente cuidada... la explicación a la reacción de la gente yo creo es que al dejarse uno la barba esta crece poco a poco y el cambio es paulatino, en cambio cuando la tienes y al día siguiente apareces sin ella pues da más susto, ¿no? Que además la piel bajo una barba de larga duración se queda así como blancuzca y feísima y tiene uno un careto un poco horripilante...
    ¡Saludos y buena semana!

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    1. Jajaja, esperaba que fueras tú el que lo comentase, que te las escuchas todas (todo un detalle). ¿No conocías a los Dubliners?

      Tú vas a lo práctico: cortar los pelos por lo sano. Otros hemos caído víctimas de las apariencias y la estética, jeje. Por otro lado, has dado en el clavo: la barba se quita de golpe y porrazo (por cierto, que más que cuchillas me hacía falta un cortacésped a tenor del triempo que estuve frente al espejo).

      Sobre la cara blanca, es lo que no tiene que le dé mucho la luz...

      Un saludo.

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    2. Me sonaba el nombre del grupo y me imaginaba el tipo de música que podían hacer, pero verlos en vivo y en directo ha sido toda una experiencia, jaja. Pero bueno, ya sabes que estoy abierto a todo tipo de experiencias.
      Musicales, ¡eh!

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  6. Yo con la barba dependo mucho de mi torpeza del momento, paso de barba a perilla o afeitado según se me vaya la mano, pero si que es cierto que el día que te quitas toda la barba todo el mundo te dice lo de que te has quitado años, a mi particularmente que parezco un niño jajaja

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    1. Yo no varío de estética muy a menudo. Es por eso que cuando cambias a la gente le llama la atención.

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