No soy especialmente participativo en estas fiestas, más allá de no tener que madrugar y olvidarme del trabajo por unos días. Son unas celebraciones que me resultan un tanto ajenas; aparte, me da la sensación que hay bastante postureo y tienen un punto rancio que me producen cierto rechazo. Sin embargo, llega un punto en que se despierta el sentido del humor; este año lo ha hecho en dos ocasiones.
La primera, con esta recopilación de carteles que han hecho en la web "Atroz con Leche". Juro que hacía mucho tiempo que nada me había hecho llorar de la risa como este artículo, tanto por la recopilación como por los textos y críticas que acompañan a cada imagen. Atención al Jesucristo estornudando cofrades, recomiendo ir al baño antes de ver ese cartel.
Lo siguiente, una noticia que apareció el pasado Jueves Santo, en relación a la ranciedad de estas celebraciones. Por lo visto en Valencia el año pasado, el actor que hizo de Jesucristo resucitado hizo una representación no muy acorde con dichos valores rancios... Mejor pongo el vídeo y juzgadlo vosotros mismos:
Yo no sé si esa representación será tan escandalosa o no. Lo cierto es que, viendo lo que hay por ahí tan barroco y gore, no me parece para tanto. Eso sí, mi radar suele fallar, pero en este caso ha sacado más humo que el de la Guardia Civil de Tráfico en una Operación Salida. Vamos, que lo único que echo en falta en ese Jesucristo es que llenase la túnica de lentejuelas y se pusiese a cantar Marinero de Luces (que para algo era la Semana Santa Marinera).
Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Rogativa del Agua - Labordeta.