viernes, 31 de octubre de 2014

Versiones y perversiones II

Nueva entrega. Hoy va de italianos la cosa y toca el "Call me" cantado inicialmente por Blondie.


Compuesto a medias por el productor italiano Giorgio Moroder (I feel love) y Deborah Harry, llegó al número 1 en 1979. También formó parte de la banda sonora de "American Gigolo", con Richard Gere.


Cadaveria es el nombre artístico de la también italiana Raffaella Rivarolo y sirve para dar nombre a su grupo de (según reza Wikipedia) Simphonic Gothic, Doom y Black Metal (yo es que me pierdo con esas etiquetas tan precisas). Sea como sea, hicieron esta versión en 2004 ideal para las fiestas que se van a dar esta noche.


Y no abandonamos el país transalpino para encontrarnos con Sabrina Salerno, que en 2010 decide enterrar el hacha de guerra por el trono de la corriente "Tit Star" de finales de los 80 y grabar esta nueva versión con la inglesa Samantha Fox en 2010, demostrándonos que aún pueden lucir escote.

Ahora la pregunta esperada: ¿con cuál os quedáis? Yo, a pesar de lo que me impactó el retorno de las dos divas del do de pecho, me quedo con Cadaveria, seguido de cerca por la original.

miércoles, 29 de octubre de 2014

La delgada línea que separa el desahogo de la autocompasión

Una vez he ido escribiendo más párrafos en este blog me voy dando cuenta que la mayoría de las entradas están infectadas con un cierto tufillo de tristeza. Supongo que no es grato estar leyendo quejas y lamentos constantemente, pero un comentario en el blog de Christian me ha hecho reflexionar, más si cabe, sobre lo que escribo y transmito.

Mi cabeza es una especie de máquina llena de engranajes que no para de expulsar pensamientos, y que no hay manera de pararla. Piensa en lo despacio que va todo o en lo difícil que es relajarse en las relaciones personales cuando van más allá de lo que estás acostumbrado y se adentran en terrenos desconocidos para mí. Además, mi situación laboral que mantiene muchos otros proyectos parados tampoco ayuda.

Sigo sin tener conocidos en los que confiar mis dudas y miedos dentro del mundo gay. Hace casi un año que he salido del armario con mi familia y amigos más cercanos y fue bien pero mis padres no hablan para nada del tema. Me imagino que no saben como abordarlo porque son tan abiertos en ese aspecto que harían sentirse cómodo a cualquier homosexual que los conozca un poco. Pero supongo que una cosa es una persona cualquiera y otra tu propio hijo al que le ha costado 34 años asimilarlo. Sea lo que sea, tampoco quiero dar muchas pistas de mi estado de ánimo. Con mis amigos hablo algo más, pero no paso más allá de lo superficial y frívolo.

Es por eso que la mejor vía de escape que he encontrado es este blog y es por eso que muchas veces los posts que publico giran en torno a lo mismo, pero necesito sacar ciertas cosas. Espero que los que ahora leeis no os canséis de ver quejas y lamentos, no es mi intención el caer en el victimismo. Y, por mi bien, ojalá pueda escribir cosas más optimistas en el futuro. Ya he salido de otras muchas y ésta no va a ser menos.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Sigourney Weaver - John Grant.

domingo, 19 de octubre de 2014

Versiones y perversiones

Inauguro una serie de posts un poco menos profundos acerca de una de mis pasiones: la música. Dentro de ella, me encanta bucear entre las cosas más extrañas y frikis.

Hace unos días, esta entrada de Un-Angel me dio una idea: ir presentando una serie de canciones, en su versión original y la réplica que le da otro artista. Habrá comparativas más o menos conocidas o también versiones que son más conocidas que la original. Hoy toca David Bowie y Nina Hagen con Ziggy Stardust.


En 1972, sale a la venta el álbum "The rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars", considerado una pieza clave de la corriente Glam Rock de los 70. En él, Bowie cuenta la historia de un extraterrestre bisexual que llega a la Tierra y monta una banda de rock para salvarla. En esta canción se muestra cómo Ziggy se encuentra en lo más alto de su éxito y su desmesurado ego comienza a destruir su carrera.


En 1980, la Nina Hagen Band se acababa de disolver después de dos álbumes de estudio. La cantante alemana hizo una versión "a su manera" que sólo interpretó en directo, que yo sepa, aunque trozos de la letra aparecen en su collage de gritos que es la canción "Iki Maska".

En youtube hay varias interpretaciones. He elegido ésta porque me gusta cómo berrea eso de "Der astronauten". Parece sacado del tebeo "El Sulfato Atómico".

No os voy a preguntar cuál os ha gustado más sino... ¿Habéis sido capaces de escuchar la versión de Nina Hagen hasta el final?

jueves, 16 de octubre de 2014

Otras vías

En mí búsqueda de nueva gente y una vez descartadas las aplicaciones de internet, me puse a indagar sobre otras formas de conseguirlo. Como dije anteriormente, descarto los bares ya que normalmente no me encuentro agusto, así que solo y en un ambiente que no controlo mucho menos. Indagando, leí sobre las asociaciones LGBT que organizan actividades para dicho colectivo.

Buscando en Google a ver qué había por esta zona, encontré una que hacía salidas al monte. Estuve buceando hasta el último rescoldo de la web escudriñando toda la información posible. Por un lado me daba miedo encontrarme en encerronas incómodas, pero por otro tenía la sensación que haciendo una actividad en común podría ser más relajado el encontrar y conocer a gente. Así que, en un ataque de valentía mandé un correo a la asociación y tres días después me planté en el lugar y la hora acordada sin conocer a nadie y sin que nadie me conociese.

Ese día cayó el diluvio universal. Mis pies se mojaron y no llevaba ropa de recambio, más que unos calcetines y otro calzado. El resfriado me duró una semana pero mereció la pena. El motivo es que, como ya intuía, se pueden mantener unas conversaciones de lo más cómodas y cara a cara, sin esa artificialidad que da el anonimato de una pantalla. Obviamente, no se va a ir uno a la cama con alguien ese mismo día, pero no era ese mi objetivo. El mío era el presentarme y dar un paso adelante, cosa que conseguí con creces.

Tal fue la energía que me dio esa salida que esa misma noche comenzaron mis salidas de armario. Hoy, un año después, sigo quedando para salir al monte siempre que puedo.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Mi primer día - Los Aslandticos.

martes, 14 de octubre de 2014

Buscando cuevas en las que esconderse

A pesar de no tener trabajo no quiere decir que no tenga una rutina ni cosas para hacer. Me despierto todos los días a las ocho de la mañana y antes de levantarme escucho un rato las noticias por la radio. La crisis del ébola y los escándalos de las tarjetas opacas me dan los buenos días de una manera un tanto irónica.

El día pasa entre ofertas de trabajo y cursos varios que voy realizando, aparte de aporrear las cuerdas de mi guitarra eléctrica (igual "tocar" suena un poco pretencioso). Ayer fui a firmar la renuncia del piso que iba a comprar y que, por motivos obvios he tenido que renunciar. Me lo entregaban este mes y, por ahora, la empancipación tendrá que esperar.

Entrevistas que tardan en concretarse, ofertas que no casan con mi perfil y otras que te rechazan sistemáticamente son los últimos ingredientes del plato de mi rutina actual. Aun así no me quejo, no me falta un techo ni un plato en la mesa.

Es por eso que, en estos momentos, se agradece fines de semana como el anterior. Un viaje de casi 600 km. a lomos de mi montura con 32 años a cuestas a una casa rural con un grupo de conocidos con la misma afición. Sin apenas internet y sin ver un periódico ni la televisión en tres días la mente se libera de una manera sorprendente. Además, dentro de dos semanas hay otro viaje a Londres programado.

Mucha gente se preguntará cómo estando en paro me puedo permitir estos dispendios. Se puede encontrar la respuesta en que siempre he sido un poco hormiguita y creo firmemente en la cultura del ahorro. Eso me ha costado el no haber conseguido ciertas cosas que gente de mi edad sí lo ha hecho a base de endeudarse. Lo bueno es que ahora que han venido malas, por lo menos en el plano económico no tengo números rojos que me ahoguen.

En cambio necesito estos pequeños caprichos para mantener alto mi estado de ánimo. Son liberadores de negatividades.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Easy silence - Dixie Chicks.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Páginas, aplicaciones y perfiles

Hace un año largo, después de mucho pensar, decidí que era hora de salir del cascarón resquebrajado y conocer a alguien. Nunca me han apasionado las discotecas (e ir solo mucho menos), así que mi primera opción fue entrar a internet y aplicaciones de móvil.

Una vez dado de alta me puse a curiosear todo lo que se cuece dentro de ellas. La impresión que me dio es la de un expositor de carne, fotos que mostraban el trozo de cuerpo que va desde la cintura al cuello en bastantes de ellos y muchas veces demandando un alivio rápido y nada más. No es algo que me anime especialmente a entablar conversación, así que fui directamente a aquellos que mostraban su cara y contaban algo más de ellos. Como era de esperar, casi todos demandaban conocer la cara de la otra persona para establecer contacto, así que, tiempo después y en un arranque de valor, subí una autofoto mía.


Ahí empezaron mis problemas. El primero es que no sabía que poner en mi perfil. No sabía (ni sé) lo que buscaba ni lo que quería, así que quedó una descripción un tanto absurda y sosa. Luego empezaron a llegar mensajes de gente, mucha de ella moría al poco tiempo. Otra vez hubo una conversación larga, pero sólo quería sexo y no quería mostrarse ni contar nada sobre sí mismo. Entiendo que se quiera discreción, pero da mucho reparo quedar con alguien del que no sabes absolutamente nada, así que lo dejé pasar. Luego están los que tú escribías y ni siquiera se dignaban en contestar.


El último fue uno que me preguntó si estaba en el armario (por aquel entonces no le había dicho nada a nadie). En ese momento me dio un arrebato provocado por el miedo y el hartazgo y cerré el perfil. Decepcionado con esas aplicaciones, busque otra manera de conocer a gente "cara a cara" de una manera más natural y relajada.


Sin embargo, dado que la soledad se está apoderando de mí, hace un tiempo decidí darles una segunda oportunidad. Esta vez he decidido colgar una descripción de lo más absurda, extravagante y llena de sentido del humor. Espero que eso me sirva para "filtrar" a la gente. Habrá muchos que piensen que soy un cretino pero con que haya uno que me siga el rollo y dé pie a una conversación amena y relajada habrá valido la pena.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Deeper understanding - Kate Bush.

jueves, 2 de octubre de 2014

Otoño

He estado revisando lo escrito hasta ahora en este blog y, la verdad, el optimismo y la alegría brillan por su ausencia. Debería cambiar el chip ser un poco más optimista, pero me cuesta.

Aparte de otros asuntos ya explicados por aquí hay uno más que se manifiesta todos los años por estas fechas: odio el otoño. Me encanta el verano y sus temperaturas altas y llevo muy mal el frío. Por eso, cuando llegan estas fechas, los días se acortan y el termómetro a duras penas llega a los 20ºC, me doy cuenta de que el verano ha pasado y empiezo a mirar atrás.

Es ahora cuando me doy cuenta que ha pasado un año y reflexiono lo que he hecho con él. Consecuencia: el tiempo vuela y no hay vuelta atrás. El problema es que no cunde todo lo que uno desearía. Otra vez más.

Pero no voy a quedarme en casa compadeciéndome. La lista de proyectos el amplia y ya están en marcha. Una vez que acaben espero mirarlos con orgullo como otros tantos ya concluidos.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Vals de otoño - Mari Trini.