martes, 14 de octubre de 2014

Buscando cuevas en las que esconderse

A pesar de no tener trabajo no quiere decir que no tenga una rutina ni cosas para hacer. Me despierto todos los días a las ocho de la mañana y antes de levantarme escucho un rato las noticias por la radio. La crisis del ébola y los escándalos de las tarjetas opacas me dan los buenos días de una manera un tanto irónica.

El día pasa entre ofertas de trabajo y cursos varios que voy realizando, aparte de aporrear las cuerdas de mi guitarra eléctrica (igual "tocar" suena un poco pretencioso). Ayer fui a firmar la renuncia del piso que iba a comprar y que, por motivos obvios he tenido que renunciar. Me lo entregaban este mes y, por ahora, la empancipación tendrá que esperar.

Entrevistas que tardan en concretarse, ofertas que no casan con mi perfil y otras que te rechazan sistemáticamente son los últimos ingredientes del plato de mi rutina actual. Aun así no me quejo, no me falta un techo ni un plato en la mesa.

Es por eso que, en estos momentos, se agradece fines de semana como el anterior. Un viaje de casi 600 km. a lomos de mi montura con 32 años a cuestas a una casa rural con un grupo de conocidos con la misma afición. Sin apenas internet y sin ver un periódico ni la televisión en tres días la mente se libera de una manera sorprendente. Además, dentro de dos semanas hay otro viaje a Londres programado.

Mucha gente se preguntará cómo estando en paro me puedo permitir estos dispendios. Se puede encontrar la respuesta en que siempre he sido un poco hormiguita y creo firmemente en la cultura del ahorro. Eso me ha costado el no haber conseguido ciertas cosas que gente de mi edad sí lo ha hecho a base de endeudarse. Lo bueno es que ahora que han venido malas, por lo menos en el plano económico no tengo números rojos que me ahoguen.

En cambio necesito estos pequeños caprichos para mantener alto mi estado de ánimo. Son liberadores de negatividades.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Easy silence - Dixie Chicks.

8 comentarios:

  1. Ánimo y no desesperes, que ya vendrá algo. Entretenerse con pequeños caprichos permisibles también está bien, que no se puede estar todo el día dándole vueltas a no tener trabajo.

    Yo también fui siempre de ahorrar, y mira, ahora ha dado sus frutos. Lo único que derroché fueron mis primeros 4 meses de sueldo, que me los fundí y ni siquiera sé en qué...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya, yo que quería hacer un post un poco optimista y ni por esas, jajaja.

      Yo también fundo dinero y nunca sé muy bien en qué se me va.

      Eliminar
  2. ¡Wow! Así que tocas la guitarra...

    Haces muy bien, lo que no puedes hacer es amargarte y hundirte ahora que estás en una situación complicada. Yo también soy bastante ahorrador y aunque me gusta darme mis caprichos, procuro que éstos sean razonables y permisibles. En cuanto a lo del piso, sinceramente no tengo prisa porque antes quiero arreglarme la boca y lo que me quiero hacer son 9000 €.

    Abrazotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tocar, tocar, lo que se dice tocar igual no ;-)

      Lo de la boca, tampoco es que sea un capricho. Al final es salud y bienestar.

      Un saludo.

      Eliminar
    2. Ya, como tengo problemas de azúcar (hipoglucemia de grado II, no es tan jodido como la diabetes pero también tiene lo suyo) no tengo una boca bonita y aunque podría hacer otras cosas baratas pero ese tratamiento porque es muy caro pero es definitivo.

      Por cierto, ¿llevas mucho tiempo con la guitarra?

      Abrazotes.

      Eliminar
    3. Llevo unos cinco años tocando, pero me falta paciencia cuando practico. No tengo la sensación de saber tocar, me faltan tablas.

      Sobre los dientes, lo barato sale caro. Es mejor hacer un buen tratamiento de buenas a primeras y olvidarse del asunto. Me imagino que la hipoglucemia te obligará a tener una dieta muy rica en azucar y los dientes se habrán resentido.

      Un saludo.

      Eliminar
  3. Ya te lo han dicho y no me voy a repetir: el título del post está muy bien, cuando las cosas van mal fuera es bueno buscar cuevas donde esconderse y conseguir que la vida sea más grata mientras el temporal arrecia. Todo el dinero empleado en tu bienestar y tu felicidad está bien empleado, creo que eso es lo que debes de pensar ahora, aunque te advierto que gracias a esa máxima yo soy un ahorrador catastrófico...porque miro mucho por bienestar y mi felicidad, vamos, jajaja.
    Un saludo, amigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los bolsillos vaciós no pesan ni molestan al andar, eso también es bienestar, jeje.
      El temporal arreciará. El problema serán los daños colaterales que se están quedando por el camino, pero eso ya es otra historia.
      Un saludo.

      Eliminar