En mi día a día intento no estar pensando en tristezas. No compensa estar todo el día quejándose y lamentándose de lo miserable que es la vida de uno. Sin embargo, hay veces que de la manera más tonta viene el bajón. Pequeñas circunstancias, cosas sin imprtancia que, sin querer, traen otras cosas en las que pensar y disgustarse.
Desde que mis padres se jubliaron, poco a poco han ido reformando la casa. Han aprovechado ahora que tienen salud y así ya la dejan bien para el tiempo que haga falta. Falta la cocina, que se hará dentro de unos meses y mi habitación. Está igual que hace veinte años en los que sólo he cambiado el colchón, las puertas del armario empotrado y el parquet flotante que había que cambiarlo con toda la casa. He estado muchos años fuera, pero siempre ha sido mi habitación y nunca se le ha dado otro uso. La idea es tirar los muebles más viejos (dos armarios y una eatantería de más de 30 años) el día que me vaya definitivamente y vacíe el cuarto.
El otro día mi madre cambió los visillos de las ventanas. Puso unos enrollables en las ventanas de los cuartos que más se usan y unas fijas con velcro en las que menos: el cuarto de la plancha, la ventana trasera del salón, el cuarto de mi hermano (que no se usa mucho)... Y el mío. Total, para el tiempo que voy a estar aquí no compensa poner de los otros.
Debido a que estoy en un proceso de selección para ir a trabajar al quinto pino, estoy especialmente sensible a estas cosas. Cierto es que me apetece emanciparme, pero no me hace especial ilusión cambiar de país y empezar a ver a la familia y amigos una vez al año deprisa, corriendo y mal, pero las alternativas no abundan y si hay que irse, uno se va.
El caso es que llevo viendo dos días viendo los dichosos visillos y se me pone un nudo en la garganta. Mi madre se ha dado cuenta que no me gustan y estaba ilusionada con ellos. Me siento culpable por ser así, pero son como un cruel recordatorio a la creciente provisionalidad de mi vida, cuando debería haber sido al revés.
Pseudoalucinación parasitaria de hoy: No sabe a dónde va - Amaral.
Hay que ver lo que pude llegar a significar algo que no significa nada. Mucha suerte con el tema trabajo y ánimo! Por lo menos no tienes visillos de bolsas del mercadona como tuve yo una vez XD
ResponderEliminarYa ves tú como pueden salir comediras de cabeza de la mayor tontería.
EliminarEso de los visillos del Mercadona huele a piso de estudiantes a la legua, jajaja.
Un saludo.
Me acabo de imaginar a Mugen cosiendo bolsas del Mercadona para que le cubra toda la ventana jajajajaja. En cuanto a ti piensa que al menos la cosa se mueve y que la vida muchas veces nos lleva por donde quiere. Igual eres tan feliz en tu próximo destino que decides quedarte allí, y si no cuando la cosa mejore, que ya va siendo hora, puedes buscar algo donde quieras.
ResponderEliminarAbrazotes.
Cierto es que la cosa se mueve pero tengo la sensación de que no llego a ningún sitio y que no va a ser al que yo quisiera.
EliminarUn saludo.
Lo primero, de ese disco de Amaral -que ya sabes que me encantan- yo creo que esta es una de mis canciones favoritas, ¡me encanta! y además es verdad que te va que ni pintada para el post de hoy.
ResponderEliminarA mi esas cosas que te pasan a ti con los visillos, pequeños detalles que no parecen tener valor pero que sin embargo te agarran por las tripas y se llenan de sentimientos e implicaciones que no entiendes más que tú, esas cosas me pasan muchísimo. Inevitablemente si te ves obligado a marcharte vas a tener un sentimiento de pérdida por dejar atrás a esa gente a la que quieres y que van a pasar de ser algo cotidiano a convertirse en un bien precioso y que solo vas a poder disfrutar de forma limitada. Lo entiendo muchísimo porque también he pasado temporadas fuera y siendo como soy una persona muy aferrada a esos vínculos con los que de verdad me importan no lo he pasado bien alejado de ellos.
Pero lo importante como te decía Christian es que sientas que las cosas se están moviendo y que por fin vas a dejar de sentirte en una vía muerta para comenzar a dirigirte hacia algún sitio. Ojalá tengas mogollón de suerte y esos visillos hayan cobrado ese significado de forma totalmente justificada...
Un abrazo y ¡buen fin de semana!
Con la temática de hoy era esta canción o esta canción, jajaja. Me alegro que te guste.
EliminarEl tema es que las cosas se mueven, pero ya no en la dirección deseada, sino que no llega a ninguna. Pero aún no está todo perdido.
Gracias por los ánimos y un saludo.
Yo también me imagino a Mugen cosiendo bolsa sobre bolsa y me parto :-D
ResponderEliminarLo tuyo, míralo por el lado positivo: si te vas al quinto pino pero luego decides volver, seguro que por allá ganas dinero suficiente para comprar unos visillos nuevos cuando vuelvas. Ánimo con ese proceso de selección, y mucha suerte.
Los visillos se quedarán ahí. Lo cierto es que ya me he acostumbrado a ellos. Luego ya veremos si los veo a menudo o estoy en el quinto pino y ni los huelo.
EliminarUn saludo.
Neno, que uno tiene derecho a tener un bajón si le da por ahí... ¿Pasa algo por dejarse conmover, aunque sea por algo insignificante en 999 de 1.000 ocasiones? ¿Por estar sensible porque se avecinen cambios? Nooooo.
ResponderEliminarHay cosas que no gustan, pero así es como vienen las cosas a veces; pero también tienes pinta de ser lo suficientemente inteligente como para saber adaptarte. Se supone que, si te vas, es para mejorar. Primer paso. Luego vendrán más: volver (o no), organizar las visitas... paso a paso se hace camino...
Saludos retornados
¡Hombre! ¡Qué alegría que des señales de nuevo!
EliminarMi estado de ánimo es como una montaña rusa. Ya he asimilado los visillos y después de pasar un fin de semana por el monte está mejor.
Otra montaña rusa es el puñetero trabajo. Hay días que se mueven muchas cosas y ahora atravieso una época de estar todo parado. Me adaptaré si me toca salir fuera, pero es durillo el dejar a todo el mundo aquí.
Un saludo.
Ya sabes que cuando estamos en una época un poco floja cualquier cosa nos puede afectar, no te preocupes por tu madre, seguro que la pobre lo único que quiere es que estés bien y por eso se siente algo culpable. Animo con esa nueva opción de trabajo, aunque suponga irse lejos nunca se sabe, los cambios vienen bien y nunca se sabe que apuesta es la acertada.
ResponderEliminarAbrazotes
Llevo una temporada que todo lo que me pasa, para bien o para mal, me afecta bastante. Paso de grandes euforias a bajones con una facilidad pasmosa. Y eso no es bueno.
EliminarA ver si las cosas cambian.
Un saludo.