Hace unos meses os hablaba de mis dilemas en los tiempos de una relación. Relación que se ha quedado en una amistad con derecho a roce. Debido a su situación personal (y que yo tampoco lo veía claro) decidimos no dar el paso.
Nos seguimos viendo con regularidad, pero la vida sigue. Y es ahí donde surgen mis dilemas. Está claro que si empiezo con otra persona, nos veríamos menos (porque está claro que no le pondría los cuernos con nadie), pero no dejo de sentirme un poco mal por él si eso sucediera. No está pasando un buen momento en lo personal y lo profesional y siento que necesita que alguien le ayude a desconectar un poco de vez en cuando. Aunque por otro lado, creo que tiene los suficientes recursos como para buscarse la vida (más que yo).
Por otro lado, me he parado a pensar la cantidad de veces que he dejado pasar ligoteos por mi timidez o por mi incapacidad para interpretar el lenguaje no verbal. El otro día me dio por pensar la cantidad de veces que se han interesado por mí y no he correspondido. Por miedo, por centrarme en esta persona, por falta de empatía...
El caso es que, ahora mismo, lo que necesito, más allá de novios o no novios, es echarle morro a la vida y salir a comerme el mundo. Aunque es fácil decirlo, no sé ni cómo lo voy a hacer. Veremos si en el resumen del año de 2017, dentro de 11 meses, puedo dar una valoración positiva a esta declaración de intenciones.
Pseudoalucinación parasiataria de hoy: Si tú me dices Ben, yo digo Affleck - Love of Lesbian.