viernes, 12 de octubre de 2018

El Sueltabilis

En estos días de hiperconexión tenemos choricientos "amigos" (nótense las comillas) de los que nos llegan sus opiniones sobre todo. Gracias a estas nuevas formas de comunicación, de un tiempo a esta parte ha aflorado un nuevo especimen que antes estaba más oculto: el Sueltabilis.

El Sueltabilis es aquel que constantemente se está quejando de todo y de todos. El es el más agraviado por todo. Cree tener menos derechos que nadie, es el más afectado por la crisis o a él le recortan sus libertades individuales más que a nadie (aunque no tenga en cuenta la forma en que afectan sus propias decisiones al resto de los humanos). También se quejan de lo mal que se vive en estos días, que en el pasado todo era mejor, aunque esté constantemente usando herramientas para llorar de todo que en esos tiempos añorados ni se imaginaban.

Otra característica del Sueltabilis es que se cree en el derecho de opinar de cualquier cosa aunque no tenga ni idea de lo que dice, pero es incapaz de tolerar ni escuchar las opiniones de los demás. No son capaces de entender que la libertad de expresión es un camino de dos vías. Suelen utilizar con frecuencia el mantra "Soy una víctima de lo políticamente correcto", que es una forma sutil de decir que todo aquel que no piense como él es directamente imbécil.

Antes era capaz de respirar hondo cuando tenía un Sueltabilis al lado pero mis pulmones ya están saturados, así que he tomado la decisión de alejarme más de esa gente. A ver si con un poco de suerte el día que por fin se corten las venas no me pillen a su lado y me salpique su sangre. Porque cada vez estoy más convencido que ese tipo de gente es muy tóxica y se merecen el ostracismo puro y duro.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: La otra mejilla - Tahúres Zurdos.

domingo, 26 de agosto de 2018

Tiempos

Los que habéis seguido el blog desde el principio sabréis de mis problemas laborales, que se acabaron hace ya casi tres años. Desde entonces, por fin he encontrado una dirección que me gusta y que me apetece seguir. Me ha costado pero por fin me voy centrando. Además, soy una persona con grandes inercias. Me cuesta decidirme en hacer cosas pero una vez que lo hago voy a por ello y me cuesta cambiar de dirección. Es por ello que cuando aparece una persona en mi vida no soy de los que le da la vuelta de arriba a abajo en un instante.

Hace unos meses conocí a una persona con la que estuve saliendo unos tres meses. Desde el principio lo definimos como una relación seria. Sin embargo, me costó encajar el estar con él con el resto de mi vida, lo que me llevó a momentos de agobio. Además, como he comentado antes, tengo planes de futuro que no acababan de encajar con esta otra persona. No quita que luego puedan cambiar, ir encajando poco a poco, pero pararlos o modificarlos de repente no me entusiasma mucho, ya que si la relación no funciona parece que te pasas la vida sin seguir una dirección, sino que vas dando tumbos. Eso no me gusta; ya he pasado por ello y pasado es, no quiero que vuelva.

El caso es que vio que no congeniábamos y decidió dejar la relación, cosa a la que yo no puse objeción dado mi agobio y, para evitar parecer que reprochaba algo, no pedí muchas explicaciones. Decidimos mantener la amistad, y en algún momento él tuvo la sensación de que se había equivocado, pero luego ya se dio cuenta que no. A mí también me surgieron dudas, pero quizás me doy más tiempo para tomar mis decisiones y de puertas afuera da la sensación de que no.

Es por eso que me da la sensación de que necesito unos tiempos mucho más grandes que otras personas. No soy de flechazos instantáneos y a priori no puedo ofrecer un plan de vida de buenas a primeras. Así que llevaba un tiempo pensando que me voy a quedar vistiendo santos o adoptando gatos el resto de mi vida.

Sin embargo, en los dos días playeros que pasé la semana pasada conocí a otra persona con una vída y una filosofía muy similar a la mía, lo que me hizo ver que no soy tan bicho raro como pensaba y eso me reconfortó un poco.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Only your best friend - Krisenka Finley.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Parar

Sin escribir desde finales de abril... Pero por entonces ya sabía lo que se avecinaba.

Desde aquel día tuve compromisos varios hasta mediados de junio que me marché de vacaciones a otro evento en Italia, el cual me obligó a acomodar las fechas de mis vacaciones, por supuesto.

Y antes de irme, ya me estaban llegando propuestas y compromisos para después. En ese momento me entró el agobio y dije basta, mi cuerpo ya no daba más de sí. Cancelé todos los planes y comencé a dedicar mi tiempo a labores más contemplativas. Vamos, que llevo todo el verano de casa al trabajo y del trabajo a casa.

Pasa que si dices que no a algún plan eres un rancio que no se deja ver, pero si juntamos toda la gente con la que puedes pasar a serlo, ya empieza a ser demasiado, así que a escuchar como me pitan los oídos. Mi bolsillo también lo nota y para más inri, me espera una boda este año y puede que otras tres el que viene, una de ellas en el extranjero con el desfalco económico que eso supone.

Me esperan meses de recogimiento...

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Summertime - Janis Joplin.

domingo, 29 de abril de 2018

Sin tiempo ni nada que contar

No me prodigo mucho por aquí, pero el tiempo no me sobra y cuando lo tengo no abundan las cosas que contar. Hoy estaba en esta tesitura y me he decidido a enumerar lo que no tengo que decir, porque básicamente todo sigue igual.

En el trabajo seguimos igual, que no es poco. La ventaja de haber estado mal, laboralmente hablando, es que valoras más lo que tienes aunque no sea gran cosa; sin embargo sirve para ganarse la vida sin grandes disgustos y, qué narices, en el fondo me gusta lo que hago.

Hace unas semanas estuve viendo unos pisos en venta en el bloque de al lado de mi casa y me quedé asustado del precio. Si no me puedo permitir comprar un piso en condiciones en un pueblo de mala muerte como éste, en el que la población no aumenta, me temo que me quedan dos alternativas: que mi casero no me suba en alquiler o buscar un puente bueno, bonito y barato en el que pueda alojarme en el futuro si la primera opción se desvancece.

En el terreno personal, uno de los motivos que me han robado bastante tiempo es que tuve un amago de relación que al final quedó en nada. Total, que al acabar con ello, me sumergí en un estado de asexualidad total del que todavía no he salido. Tampoco es que la actividad gay de estas tierras rurales de Dios ayude mucho a salir de ella. Por fortuna, ya está cerca el verano que, espero, ayude a romper esta rutina... Y, si no, escribiré más en el blog.

Pseudoalucionación parasitaria de hoy: Pasa el tiempo - Celtas Cortos.

domingo, 28 de enero de 2018

Dolores

En este mundo todos estamos de paso. A los que nos gusta la música llevamos toda la vida viendo morir a estrellas del rock. En gran parte debido a las consecuencias de las drogas, la gente de este gremio tiende a morir relativamente joven cuando no en la cúspide de su carrera. Sin embargo, la muerte de Dolores O'Riordan me ha marcado como nadie antes lo había hecho, ya que su música me ha ido acompañando durante casi veinticinco años.

Allá por los compienzos del año 95 (quince años contaba yo por entonces), mi primo se acababa de comprar su primer reproductor de CDs (que yo miraba con envidia mientras yo andaba todavía con cassettes) y me grabó una cinta de un grupo irlandés que estaba pegando muy fuerte con la canción Zombie (¿nadie se acuerda de las remezclas chunda-chunda que se llevaban por entonces y de la que este tema fue una de sus principales víctimas?).

No fue una cinta que me entusiasmase especialmente. La escuché unas pocas veces y la arrinconé. Pero ese mismo verano de vacaciones en un camping, sonó de nuevo el tema que seguía a Zombie en el disco:


En cuanto llegué a casa, volví a darle una segunda oportunidad a la cinta. En mi época de instituto no tenía apenas amigos. Salía de casa para ir al instituto y poco más, mi tiempo libre pasó entre revistas de coches, la televisión y la música que escuchaba... y el "No Need to Argue" me acompañó hasta la saciedad, siendo de los pocos recuerdos buenos que guardo de entonces.

Antes de cansarme de este álbum, los de Limerick sacaron otro nuevo. se decía que era muy oscuro y que no estaba al nivel de los anteriores. Da igual, a mí me gusto casi lo mismo. De todas las canciones que tiene, me voy a quedar con ésta:


Pasó el tiempo sin que se supiese nada de ellos. Yo ya había acabado el instituto y me había marchado a Madrid a estudiar la carrera. Esta ciudad me ofrecía infinidad de alternativas de ocio que en mi pueblo no se presentaban si no era con la posesión de coche, cosa de la que carecía por entonces. Una de ellas fue el poder verlos en la sala La Riviera en 1999, cuando presentaron su cuarto disco:


Por entonces me hice con su primer disco, que era el que me faltaba para competar la colección. Con este disco me pasó lo mismo que con el anterior: no fue amor a primera vista, sino que se fue ganando mi cariño con el tiempo.


Años después llegó "Wake up and Smell the Coffee". No estaba mal, pero los anteriores habían puesto el listón muy alto como para no recordar dónde o qué estaba haciendo en el momento en que salió.


Entonces acabé la carrera y me puse a trabajar en diferentes países del mundo. En 2007, estando en la habitación de un hotel en el sur de Italia, sonó una voz muy reconocible en un canal de vídeos musicales, de la que no había escuchado nada nuevo desde hacía bastante tiempo.


La crítica desplellejó este álbum, pero para mí fue amor a primera vista. Si no me marcó más es porque por entonces hubo otra canción que consiguió (y consigue) ponerme la carne de gallina.

Dolores editó otro disco en solitario y los Cranberries se volvieron a juntar y editar un nuevo LP, que no llamaron mucho mi atención. Igual debería darles una segunda oportunidad, visto lo que me pasó con los dos primeros trabajos del grupo.

El 15 de enero de este año estaba sentado en una máquina del gimnasio cuando unas imágenes del vídeo de Zombie salieron en la televisión sin sonido que tienen en una pared. Entonces, los subtítulos anunciaron la muerte de Dolores O'Riordan. Al poco, salió la dueña hablando del tema y puso esta canción a sonar:


Entonces se me hizo un nudo en la garganta, ya que recordaba perfectamente dónde estaba en el verano del año 99 y qué hacía mientras escuchaba esta canción.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Shattered - The Cranberries (por razones obvias).